jueves, 31 de mayo de 2007

Ochenta años

-ECUADOR-
-Es una edad respetable, más aún cuando la cumple una institución de prestigio, como es el movimiento rotario en el Ecuador. Los clubes más antiguos, de Quito y Guayaquil, los acaban de cumplir, luego de continua actividad y permanente aporte a sus respectivas comunidades. Se fundaron simultáneamente, entre el 25 y 28 de mayo de 1927. Fueron la semilla y el ejemplo para que otras ciudades del Ecuador, organicen y alberguen uno o más clubes en sus respectivas comunidades.Recién se celebró la 69.ª Conferencia en Ibarra, presidida por el gobernador César Chiriboga Obando, con excelentes resultados, interesantes conferencias y motivadoras ilustraciones de las labores que se encuentran realizando los clubes de todo el país. Se destaca el programa de voluntarios encabezados por Freddy Zea, del Club de Macas, que ha procurado atención dental y médica a niños de diferentes poblaciones de nuestra región oriental y también de alejadas zonas rurales en Guatemala.En el Ecuador son 1 463 miembros de 65 clubes en más 28 ciudades, incluyendo clubes Rotaract e Interact para miembros más jóvenes. Algunas realizaciones recientes son la ciudadela rotaria en Guayaquil, que alberga 350 familias; la organización de un banco de válvulas para hidrocefalia en Cuenca; otro de marcapasos y un ancianato recién equipado en la ciudad de Quito; importantes obras de agua potable en Portoviejo, reincorporación de cientos de jóvenes a la sociedad, y el mejoramiento de más de 25 hospitales en todo el país, con equipos donados provenientes de Suecia.En el mundo son 1,2 millones reunidos en 32 mil clubes de 168 países, después de 102 años de continua expansión. Con sus obras han erradicado la polio y vacunado a 2 000 millones de niños, antes 350 mil por año contraían esa terrible enfermedad; se beca a 1 000 universitarios y 70 en estudios de posgrado para promover la Paz Mundial; 8 000 viajan y representan a 130 países en programas de intercambio estudiantil; nosotros, en el Ecuador, enviamos y recibimos 220 de ellos anualmente. Durante la convención rotaria, estuve ajeno a las cadenas radiales y videos que demuestran el grado de corrupción de nuestro país, y pude disfrutar de la cálida hospitalidad imbabureña. Recordé detalles que hoy poco se difunden, como la unión en 1487, de Huaynacápac con Paccha, hija del último soberano quiteño, que selló la paz luego de décadas de resistencia y cruentas guerras. En esa época, tuvo lugar el sacrificio de decenas de miles que originó el nombre de la laguna de Yaguarcocha. Siglos más tarde, la batalla de Ibarra ocurrida el 17 de julio de 1823, en la que participó el propio Simón Bolívar, sometiendo al coronel Agustín Agualongo, criollo nacido en Pasto, al mando de tropas españolas acantonadas en esa ciudad , quien pretendía desconocer la capitulación de Almerich, acordada con Sucre el año anterior después de la Batalla del Pichincha, y restablecer el dominio español en nuestra región.

FUENTE: http://www.hoy.com.ec/

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