jueves, 22 de marzo de 2007

Discurso de Bill Boyd en Bariloche


Lorna y yo estuvimos el pasado año en la ciudad de Caen, Francia, y allí tuvimos la oportunidad de visitar un museo de guerra muy especial. Y detrás de ese museo vimos que había un Monumento a la Paz erigido por los rotarios locales.


El alcalde de Caen y yo tuvimos el honor de inaugurar ese monumento.Mientras estábamos en el museo me fue obsequiado un libro acerca de la historia de un regimiento de paracaidistas británicos que había descendido en Normandía durante la Segunda Guerra Mundial. Aún no he podido leer el libro pero si leí su prefacio, escrito por el antiguo comandante de ese regimiento. Y él hizo allí una afirmación que considero muy relevante para Rotary. El dijo que si uno va a afrontar una guerra prolongada es necesario hacerlo desde una sólida base moral. Y no hay duda alguna que Rotary está ocupándose de algunos de los mayores desafíos del mundo actual y que los rotarios estamos librando una guerra.Estamos en guerra contra la poliomielitis, contra deficiencias en la calidad y cantidad de las fuentes de abastecimiento de agua potable y la falta de obras de saneamiento.

Estamos en guerra contra el hambre y contra aquellos problemas que impiden que las personas puedan vivir vidas saludables. La guerra contra la polio ha sido una guerra prolongada, ya que hemos estado inmunizando niños desde hace alrededor de 22 años. La analogía con la guerra resulta muy acertada en este tema porque hemos conseguido acorralar el virus de la polio a tan solo cuatro regiones del mundo desde las cuales intenta fieramente contraatacarnos.Estamos luchando contra la polio en Nigeria, donde nuestro problema es simplemente logístico. Los niños que allí están desarrollando polio son aquellos que no han sido podido ser inmunizados.

En Afganistán y Pakistán el problema es que a lo largo de la frontera entre esos dos países hay numerosas batallas militares en curso y está resultando ser verdaderamente muy difícil poder llegar a esos lugares para inmunizar niños. Afortunadamente esa zona no está exportando mucha polio a otras regiones, aunque se han producido algunos contados rebrotes en Karachi. Sin embargo el verdadero bolsón de resistencia de la poliomielitis se encuentra en Uttar Pradesh, en India, y la experiencia de la Organización Mundial de la Salud y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) está indicando que son necesarias hasta 10 dosis para inmunizar efectivamente a los niños de esa región. Lo triste es que la polio está afectando a niños de hasta tres años y ustedes sabrán valorar cuán difícil es poder aplicar 10 vacunaciones a un niño en sus primeros tres años de vida. Pero eso es lo que tendremos que hacer si vamos a ganar esta batalla.El problema es que muchos de esos niños tienen otras enfermedades significativas y que una gran parte de ellos tienen diarrea y como resultado de ello el virus de la polio no permanece en sus cuerpos el tiempo suficiente como para ser alcanzado por las primeras vacunaciones.

De modo que probablemente esta sea nuestra guerra más evidente.Pero también estamos librando esas otras batallas. El agua se ha convertido en un elemento clave, porque sin agua potable es muy difícil permanecer sano.

Y si uno no tiene salud, es muy probable que no pueda asistir a la escuela y quien no puede ir a la escuela no puede aprender a leer y escribir. Como rotarios nos encontramos muy activos en la batalla contra la falta de agua potable y de infraestructura de saneamiento en muchas áreas. Pero si necesitan un ejemplo de cuán grande es este desafío, Lorna y yo hemos visitado hace unos meses atrás una ciudad de 10 millones de habitantes que arroja todos sus efluentes cloacales crudos a un río del cual, otra ciudad ubicada unos pocos kilómetros río abajo, toma su agua.El desafío para corregir situaciones como esas es inmenso y debemos reconocer que solo somos 1,2 millones de rotarios en todo el mundo. Pero eso no significa que no vamos a tomar parte en esa guerra.

Y decididamente no significa que porque ser relativamente pocos nuestra contribución será pequeña. Definitivamente nuestros logros se encuentran muy por encima de nuestra membresía.Recientemente he analizado las Subvenciones 3H del año pasado y observado que varias se relacionan con el tema del agua. Una de ellas procura mejorar el sistema de aprovisionamiento agua potable para los habitantes del barrio de Kibera, en Nairobi. Este es un barrio muy carenciado que alberga a casi 1 millón de habitantes y ocupa tan solo algo más de 2,6 kilómetros cuadrados, donde los ingresos de las personas fluctúan entre los 130 a 810 dólares por año, donde no hay infraestructura de saneamiento y la única agua potable disponible debe ser adquirida a comerciantes que la traen en buques tanque y la venden a intermediarios que a su vez la llevan al barrio, cuyos habitantes terminan pagando por esa agua más de lo que pagan por ella los habitantes de Nueva York o Londres o Tokio.

A los lados de los pasajes de ese barrio se abren zanjas para facilitar el drenaje de las aguas pluviales. Esas zanjas también cumplen la función de conductos cloacales a cielo abierto y frecuentemente, cuando llueve, las zanjas se desbordan y esos efluentes inundan el barrio y fluyen a través de las casas. Los pasadizos de ese barrio son negros y cuando uno camina por ellos se da cuenta del porqué de ello. Lo irónico de esta situación es que al otro lado de la calle que delimita el barrio Kibera se encuentra el Club Real de Golf de Nairobi, que riega diariamente sus canchas con agua pura en abundancia.

Y esta es una historia repetida; estas guerras que estamos luchando nos muestran que aún hay mucha inequidad en el mundo.Esto también puede decirse en relación a la guerra contra el hambre. Y estamos luchando esa guerra en muchas formas. En Bangalore, India, Lorna y yo vimos un proyecto basado en el deseo de la ciudad de darle a cada niño escolar una comida al día. En parte esto es para asegurar que ellos reciban diariamente alimentación y en parte para incentivar que asistan a la escuela. Y los rotarios de Bangalore han tomado la responsabilidad de alimentar a 4.000 niños cada día.

Ellos utilizan dos camionetas que han sido provistas por nuestra Fundación Rotaria, en las cuales transportan los alimentos a una cantidad de escuelas. Yo pienso que este es un maravilloso compromiso ya que generalmente en Rotary solemos involucrarnos en proyectos sobre problemas a los que podemos dar soluciones definitivas y que tienen una duración limitada en el tiempo. Pero cuando uno está luchando una guerra prolongada contra un enemigo como el hambre, uno necesariamente tiene que hacer planes de largo plazo.Entre las Subvenciones 3H del año pasado, los Fideicomisarios de la Fundación Rotaria decidieron incorporar préstamos de micro-crédito para mujeres en Kampala, dirigidos a promover la creación de trabajos en el sector agrícola. Se pretende que ellas den entrenamiento vocacional a 400 hombres jóvenes lo que los ayudará a costear sus estudios secundarios para que ellos puedan mantener mejor a sus familias.

La producción agrícola de estos jóvenes abastecerá a 10 escuelas que proveerán alimentos a 5.000 niños desnutridos del distrito de Kampala en Uganda. Otra batalla de esa guerra que estamos librando.Jim Morris, Director General del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, me ha dicho que se requieren cerca de 2.000 calorías por día para llevar una vida sana y efectiva y que la producción mundial de alimentos promedia las 2.800 calorías diarias. Vivimos en países con producciones adecuadas de alimentos y aunque tal vez no nos resultaría práctico enviar nuestros excedentes a áreas carenciadas como Darfur o Níger, que nosotros tengamos tanto y ellos tan poco es una razón de mucho peso para seguir peleando esta guerra.Pero hay otras guerras.

Está la guerra contra el analfabetismo. Sabemos cómo enseñar a las personas a leer y escribir y lo estamos demostrando; y lo estamos demostrando en muchos lugares alrededor del mundo.Generalmente estamos utilizando el método del Encuentro Concentrado del Lenguaje (CLE) para enseñar a las personas a leer y escribir y este método ha demostrado ser sumamente eficiente.Para dar un ejemplo: los tres distritos rotarios de Turquía han enseñado a 100 mil hombres y mujeres a leer y escribir en los últimos dos años y medio. Y tenemos proyectos de alfabetización en Egipto, Sudáfrica, Nigeria y otras partes del mundo.¿Cuál es la sólida base moral desde la cual estamos luchando nuestra prolongada guerra?Trabajar desde esa base de integridad, honestidad y ética que nos posibilita a los rotarios Señalar el Rumbo. Trabajamos hombro a hombro, clubes con clubes y rotarios con rotarios para que lo que brindamos llegue efectivamente a las manos de los que lo necesitan y no a las manos de funcionarios que podrían de otra forma beneficiarse personalmente con nuestros esfuerzos.Y creemos que tenemos la responsabilidad de compartir el confort de nuestras vidas con aquellos que tienen necesidad de ayuda.Reconocemos la importancia de la tolerancia, sobre la que Paul Harris habló tan frecuentemente, para la creación de un mundo en paz.

Expresamos nuestra tolerancia a través de nuestra predisposición para acudir en ayuda de cualquiera que lo necesite, no imponiendo barreras antinaturales de culturas o colores o religiones sino dando lo mejor de nosotros para todos aquellos a los que podemos alcanzar.La Madre Teresa dijo que podemos pensar que lo que hacemos no es más que una gota en un océano pero también dijo que el océano sería más pobre si no tuviera esa gota. Con frecuencia la cito en mis alocuciones y creo que ella nos reveló una gran verdad cuando expresó: “Lo que yo hago tú no lo puedes hacer, pero lo que tú haces yo no lo puedo hacer. Las necesidades son grandes y ninguno de nosotros, incluyéndo yo misma, hace grandes cosas, pero si podemos hacer pequeñas cosas con mucho amor. Y juntos podemos hacer algo maravilloso”Yo creo que esto es lo que nos motiva; creo que esto es lo que nos da la fortaleza moral para pelear guerras prolongadas. Y yo creo que esto es lo que enaltece a Rotary.

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