martes, 26 de junio de 2007

GEMMA ALONSO PRESIDENTA DEL CLUB ROTARIO SARDINERO


-ESPAÑA-R.C.Sardinero-

-«Me gustaría contribuir a que se sepa qué es este club»-

Gemma Alonso fue miembro de un club rotario hace años y lo dejó durante el tiempo en que fue concejala del Ayuntamiento de Santander. Hace dos años la invitaron a formar parte del segundo club Rotary que se estaba gestando en Santander. Y ahora ha llegado a su presidencia, desde la que le gustaría, «mucho», contribuir a que se sepa qué es Rotary, «una asociación internacional de enorme prestigio muy desconocida en España y en Cantabria».-Muchos tienen la idea de que esto de los rotarios es un club de y para élites -¿U! Para nada. Puede que sea así en ciudades como Madrid o Barcelona, donde los socios son grandes empresarios o profesionales de renombre. Pero mira lo que soy yo: una licenciada en Historia y agente de igualdad de oportunidades. El Rotary Club es una organización apolítica y aconfesional que, para funcionar, recurre a profesionales. Es cierto que se busca un perfil de líder. Sin más. En nuestra asociación hay de todo. Agentes de seguros, informáticos, médicos, abogados. Gente normal a la que une, eso sí, una ética y que se compromete para sacar adelante proyectos. Esto es lo único que pedimos: un cierto grado de compromiso con el grupo.-Los rotarios promueven proyectos solidarios por todo el mundo. ¿Lo suyo es una forma moderna de caridad?-(Se ríe) Nosotros nos movemos en el ámbito de la cultura, del pensamiento, del humanismo y de la solidaridad. Lo mismo que cualquier ONG. Sólo que la palabra solidaridad parece patrimonio de las ONG. Ahora estamos con un proyecto en Chad y colaboramos con las religiosas de los Sagrados Corazones en un plan de vertederos de basura en Paraguay. Estamos abiertos a ayudar siempre que veamos una necesidad. Funcionamos como las ONGs, sólo que se nos mira desde los prejuicios y los estereotipos. Quizá porque no se nos conoce lo suficiente.-¿Pero no tienen un componente más del tipo lobby que una ONG?-No creo que se nos pueda ver así. Nos consideramos un grupo de amigos que, en un momento de necesidad, se ayudan entre ellos. Exactamente igual que el resto de la gente.-Las mujeres sólo representan a nivel mundial el 12% de una organización que cuenta con más de 30.000 clubs y 1.200.000 socios. ¿Pondrá usted un granito de arena para que se incremente su presencia?-El Rotary nació en 1905 y, entonces, por la lógica del momento histórico, era cosa de hombres. Hoy no tiene ningún sentido que las mujeres estén al margen. De hecho, creo que el futuro de los clubs pasan por su incorporación. En mi organización, estamos prácticamente al 50% y no ha sido algo premeditado. Nosotras ya tenemos un bagaje profesional muy importante y somos necesarias. Algunos clubs no se han abierto a ellas o las invitan con cuentagotas me parece un error. ¿A mí la junta directiva me ha salido paritaria!-¿Cómo se financia un Rotary?-Los socios aportamos una cuota mensual, aunque es insuficiente. Para los proyectos concretos, contamos con las Administraciones y con el patrocinio de empresas. A éstas les hacemos ver el valor añadido de asociar su nombre con una asociación internacional muy antigua y muy prestigiosa. El futuro está en los patrocinios, porque la Administración no tiene recursos para atender todas las peticiones que se le hacen llegar.-El imaginario popular les asocia con los masones, con las sectas -(Vuelve a reírse) Esto es por total desconocimiento. Es cierto que tenemos nuestros símbolos (la campana rotaria, unos collares para identificarnos) y una organización concreta, ¿pero no tenemos nada que ver con la masonería¿. Precisamente uno de mis objetivos es hacer que se conozca más la filosofía de los rotarios. Somos personas corrientes, trabajadoras, que se reúnen para hacer cosas buenas por los demás.


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